“MORDISCOS”
Era
sábado al medio día y Bella estaba nerviosa pues Fran le había mandado un
mensaje que le había hecho mojar su tanga. En el mensaje ponía que la deseaba
como nunca que le iba a morder todo su cuerpo, que tanto tiempo sin verla le
había sacado loco. Era una tortura pensar en ella, en sus labios, en su mirada, en el suave tacto de su piel y en la forma de entregarse cada vez que lo
hacían.
Todas
esas imágenes se le amontonaban en la cabeza y los sentimientos se le agolpaban
en el corazón. La amaba más allá del amor y, que la vería en ese mismo
hotel que los vio la última vez en la misma habitación y a la misma hora, que
acudiera allí que ya estaba todo reservado.
Bella
solo de volver a leer el mensaje y pensar en todo lo vivido con Fran la última
vez la excitaba de sobremanera pero también hacía que su corazón se acelerase
pues ella también le amaba de esa misma forma tan descomunal. Bella no sabía
que vestido escoger quería impresionarlo aunque no haría falta pues lo que sentían
ya pasaba los límites imaginados, eso sí, escogió una lencería muy fina, era
un conjunto color crudo con pequeños encajes y lacito en negro, sus medias
eran negras, su ligero iba a juego con el conjunto y sus zapatos eran de vértigo.
Se vistió, apenas se dio un poquito de maquillaje y se cogió una coleta alta dejando a la vista sus pequeñas orejas, su precioso cuello y sus más que sugerentes hombros. Fran no podía dejar de jugar con la moneda que siempre llevaba en la mano, la cogía cada vez que sus nervios se aceleraban. Se dispuso a vestirse, se puso sus vaqueros desgastados, una camisa blanca, su americana favorita y eso zapatos negros que tanto le gustaban. Se miró al espejo y se atusó el pelo, la verdad que la imagen era muy sexi.
Se vistió, apenas se dio un poquito de maquillaje y se cogió una coleta alta dejando a la vista sus pequeñas orejas, su precioso cuello y sus más que sugerentes hombros. Fran no podía dejar de jugar con la moneda que siempre llevaba en la mano, la cogía cada vez que sus nervios se aceleraban. Se dispuso a vestirse, se puso sus vaqueros desgastados, una camisa blanca, su americana favorita y eso zapatos negros que tanto le gustaban. Se miró al espejo y se atusó el pelo, la verdad que la imagen era muy sexi.
Los dos
fueron puntuales como siempre de echo coincidieron en el vestíbulo del hotel. Al verse sus sonrisas nerviosas se dibujaron en sus respectivas caras, se
saludaron con dos besos ardientes y Fran fue a por la llave de la habitación reservada
previamente. Se metieron en el ascensor y no pudieron reprimirse, la pegó a la
pared del ascensor y la agarró por la cintura aspirando su aroma acercándose a
su cuello.
-Estas
muy guapa, cada día más Bella, me saca loco verte y estos deseos de
acariciarte me queman las manos si no toco tu piel ya mismo.
-Fran no
sabes como deseaba este momento, pensé que ya no volvería a pasar.
-Shhh... mi Bella estoy aquí y te voy a comer entera.
Llegaron
a la habitación y nada más entrar Fran cerró la puerta, la miro una vez más de
arriba abajo. A Bella le temblaban las piernas solo con sentir la mirada de él, se
acercó y empezó a darle suaves mordiscos desde el hombro pasando por la
clavícula subiendo por su cuello, allí Bella gemía con la respiración acelerada, siguió por detrás de su oreja, mentón, su barbilla y por último sus labios. le
empezó a comer la boca y enseguida Bella se sumó a esa danza de lenguas tan
pasional.
El le fue
quitando su vestido sin llegar a dejar de besarla, una vez cayó al suelo le
ayudó a salir de él y la tumbo en la cama. Se le abrieron los ojos al ver ese
conjunto de lencería, hacía que su piel y su cuerpo fuesen más suaves. Empezó
por quitarle los zapatos mordisqueándole los pies, a lo que Bella arqueaba su
espalda pues era un puro placer notar los labios y dientes de Fran. Siguió por
sus piernas, cuando llegó a los muslos lo hizo por dentro llegando a las ingles
y abriendo más las piernas de Bella. Siguió mordiendo por encima de la lencería su barrigita, su ombligo, sus pechos... allí se detuvo y los mordió más
suavemente si cabe hasta llegar a sus pezones que los succionó y mordisqueó. Se quito la camisa rápidamente sin dejar de besar y morder cada vez que daba
un paso atrás en la cama para poder quitarse los pantalones, lo hizo muy rápido. Bella respiraba acelerada necesitaba a Fran dentro de ella.
El abrió
bien sus piernas, acercó la boca al sexo de Bella y apartando la poca tela del
tanga le lamió y succionó. Fran ya no podía más su deseo aumentaba con cada lengüetazo
que le daba y ese sabor, ese aroma le embriagaban mucho. Le quitó el tanga y
la penetró de un solo movimiento cogiéndola por las caderas para que sus
embestidas fueran más profundas. Bella movía su cuerpo para sentir
más a Fran, él dejó sus caderas y se puso encima de ella, sin dejar de penetrarla se acercó más y le empezó a morder más fuerte la clavícula y el cuello lo que
hizo que Bella se fuera y Fran al sentir convulsionar el interior de ella aprisionando su miembro
entre sus paredes hizo que se fuera con ella al mismo tiempo. Se besaron y
abrazaron. Mientras estaban abrazados Bella le dijo al oído.
-Nunca
dejes de morderme Fran.
-Mi
Bella... eso núnca, eres mi bocado más exquisito y dulce en esta vida.
©Geraldine Lumière
©Geraldine Lumière
precioso :)
ResponderEliminarGracias!!!!
ResponderEliminarGuau muy muy precioso
ResponderEliminarGracias ,amigoooo!!!
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