Como la
brisa acaricia las hojas y mece la rama del árbol así de suave es el tacto de
tus dedos al acariciar mi rostro.
Como el
agua del mar cuando se adentra en la playa rozando y llevándose consigo la
arena hacia dentro así son tus manos cuando rozan mi piel.
Como
cuando el pájaro acude al nido con alimento en su pico para sus crías así son
tus besos para mí, mi alimento de cada día.
Como
cuando los copos de nieve van dejándose caer suavemente hasta posarse en el
suelo así es tu cuerpo cuando lo pegas al mío.
Como
cuando una brisa gélida te roza la nuca erizando tu vello así es lo que me provoca
tu SUSURRO en mi oído.
©Geraldine Lumière
Magnífico y sensual relato
ResponderEliminarGracias!!!desconocido....
ResponderEliminar